martes, octubre 09, 2007

Ester Píscore

Um. Es difícil escribir sobre Dublín. Les cuento y aclaro al final, o no. Andá a saber.

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Curiosamente, cuando en París hace semana y media que no sale el sol y más que no está lindo, llego (con un trío más) a Dublín y un sol igualito al que recibió a mi llegada a París, y que después se volvió tan poco macanuda, en lo que a tiempo (que no clima, clima es otra cosa, manga de burros) se refiere. Dublín, que puede lloverte igual por cincuenta días, me han dicho, motivo por el cual los parques son bien verdes, como los ingleses, pero capaz que más.


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Mucho escritor famoso en Irlanda. Joyce, Swift, Bernard Shaw, Samuel Beckett (que según javier es el mejor porque escribió en francés: pedazo de un filogalo, o como puta se diga). Y por supuesto Oscar Wilde. Qué ficha Oscar Wilde, en algún momento ampliaremos.

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Dublín parece Montevideo. Chica, sin muchas aristas escarpadas, pero (o tal vez por ende) con una dimensión humana bastante interesante. Con una arista definida: la cerveza. No soy un trotamundos, pero me cuesta creer que haya algún lugar donde los pubs estén tan buenos. Llenos de seres de tamaño respetable la mayoría, de edad respetable buena parte, ingiriendo litros de cerveza, y mutándolos en actitud. Como varios mercados del puerto, pero sin la lamentable voluntad de mostrarse que hace que tal lugar me resulte inhabitable, con perdón.


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No llego a 70 kilos. Viene un tipo de aproximadamente el doble de mi peso, tiene que pasar entre yo y más gente, y con una mano roja y enorme me toca el hombro con cuidado, y "Sorry". Me corro, pasa con cuidado entre nosotros, como con miedo de su potencial destructivo, y luego "Thank you". Y sigue a los gritos cantando, haciendo caras a los que pasan, y probablemente yendo a buscar más cerveza. Así son los irlandeses. Y no tengo, en tres días, excepciones para contar.

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Cuando llegamos al aeropuerto, el taxista, como despedida, me dice: "God bless you". Me había olvidado. This is Ireland.

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No sé. No me hagan mucho caso. Estaba rodeado de amigos que hacía tiempo no veía y eso sesga la percepción alevosamente. Capaz que Dublín es una porquería, pero a mí se me hizo un lugar en el mundo. Porque ya saben aquello de lo esencial, lo invisible y los ojos.

Lo del título.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Lindo perfil, aunque incompleto. Te faltó hablar de la comida, por ejemplo. Y de la Trinity.

Zeta dijo...

Cómo sabés que me gustó eso de la mano roja enorme.

diego dijo...

Podría hacer el chiste fácil y decir que no me gustó dublín sesgado por la compañía que tenía... pero la verdad es que dublín es realmente feo de por sí; y a pesar de casi morir por escuchar 5000 veces por minuto a las palabras "ester píscore" durante el fin de semana, no pude evitar la tristeza cuando el taxi se fue... sí, sí... ¨vamos y venimos¨, diría rodia, pero el vamos a veces jode.

Rodia dijo...

Y yo creo que que joda es bueno, sí.