jueves, agosto 31, 2006

Mujica y la ciencia

Las maestras tienen que enamorar a los niños para que aprendan matemática u otras cosas que permitan equipararlos con los niños de Alemania o Japón. Hay que dejarse de tanta Ciencias de la Comunicación y biru biru

Mujica es un mostro. Así nomás: el único político uruguayo capaz de decir cosas originales (y me importa bien poco si alguno de los queridos lectores no comparte lo que dice, me importa bien poco si yo mismo comparto lo que dice). Y encima su uso de la lengua es destacado. Que Mujica sea el político más popular de este país habla bien de este país.

***

De un texto que me pasó Tomás de un sitio que ahora está en los links a la derecha.

En las onomatopeyas se encuentra —creen algunos— ese estadio primero, el alba de la lengua, cuando las palabras eran ecos de la naturaleza, y parte de ella. Cuando mi amiga japonesa Kako hace que su niño, que se ha metido un bocado demasiado caliente en la boca, diga hoko hoko (con la h aspirada) la palabra hecha aire fresco ayuda a calmar el ardor, como una magia antigua, de la época en que las palabras aún hacían cosas.

Me hizo acordar a un texto que una vez leí en la revista "Juegos para gente de mente" hace como mil años, que se llamaba La palabra lluvia, moja?, con temática similar.

miércoles, agosto 30, 2006

Infierno


¿Son por acaso ustedes hoy un público respetable?
¿Pueden acaso beber el vino por ustedes envasado?

Las luces rojas impecables de un avión

¿Puede alguien decirme: "me voy a comer tu dolor"?
¿Y repetirme: "Te voy a salvar esta noche"?

Una puta vieja pasa chueca, desolada, y la pared del cementerio recibe a un anónimo, indistinguible, como tal, de otros anónimos.

Esta noche está encantador.
Tu infierno está encantador esta noche

No es cierto que la noche tenga magia. No es cierto que la noche tenga miedo.
La noche tiene oscuridad, y es eso.

¿Por qué no te dejás de pensar en labios que besan frío,
para cerrar un ojo y ver
cuántos cuernos tiene el diablo?

Uno, dos, tres, cuatro giros. Y estoy de vuelta.

Tu aullido esta vez, quiera dios, no se va a oir
en la prisión


Las citas son de "El infierno está encantador esta noche" y "Barbazul versus el amor letal", de los Redonditos de Ricota

martes, agosto 29, 2006

Vacilaciones de una izquierda adormecida

Leí por segunda vez Una vuelta de tuerca de Henry James, y nada, che, no le encontré la diversión. Por ahí Diego me dijo que la gracia de la cosa era la ambigüedad y lo que no se decía. Um. Fui a la wikipedia, y debo confesar que nunca se me hubiera ocurrido que la muchacha estuviera paranoica o neurosis similar. Debe decir algo sobre mí, aunque la explicación más racional es que nunca se me pasó por la cabeza vista su precisa descripción de Quint. Igual, la (casi) tercera leída me mostro que la ambigüedad de todo el libro es fantástica. Parece que leer también es sudor. De todos modos, como experimento literario muy lindo, pero como libro... no, che. No me llegó. Qué voy a hacer. No me llegó. No meto citas porque ya lo reingresé a la biblioteca. Paréntesis: la edición era espantosa, tal vez la traducción también.

***

Los adjetivos son una cosa que los escritores tiende a sobreutilizar. Las palabras raras también.

***

Dice Tomás que tengo que darle otra oportunidad a Revolver. Lo intentaré.

***

Dejen de leer esta porquería, y vayan al kiosco de la esquina y compren Le Monde Diplomatique. En la página 52, hay una nota de un señor Jean Bricmont (señor del cual me pongo ya a buscar su libro Imposturas Intelectuales, Paidós, Barcelona 1999), que se intitula "Vacilaciones de una izquierda adormecida" y que es una belleza.


Una buena ilustración de esta debilidad de la izquirda es la ideología del "ni-ni", que ha dominado las tímidas protestas en contra de los conflictos recientes: ni Milosevic ni la OTAN, ni Bush ni Saddam; o aun, ni Olmert (o Sharon) ni Hamas. Hay en esto varias falsas simetrías. En primer lugar, en todas esas guerras hay un agresor y un agredido. Poner a ambos en el mismo plano es haber abandonado toda noción de soberanía nacional.

miércoles, agosto 16, 2006

Zitarrosa


Otra vez los boliches nocturnos
amarillos de sueños perdidos
quinieleros de suertes extrañas
opacados en humos y vinos.


(Alfredo Zitarrosa - Los boliches)

Me crié en un boliche de estos, yo. Mi abuelo Luis (la persona a quien más me parezco, o me quiero parecer) era el dueño. Se murió cuando yo tenía cinco. Era flaco, alto, desgarbado y buenísimo. Yo iba y venía entre borrachos más o menos presentables, cínicos, pagadores y alcahuetes. Y vecinas que venían a comprar para la cena.
Tengo que acordarme de contarle a Valentina. Pero viene bien, ayer se durmió escuchando a Zitarrosa.

lunes, agosto 14, 2006

Mil grullas vuelan, o así me parece.

Con dos libros estuve en los ómnibus de cada día. Ambos provistos por Diego, mi proveedor de bolsillo, valga la redundancia. Primero, Mil grullas de Yasunari Kawabata. Cuando veo que el tipo quedó húerfano a los tres y se suicidó a los setenta y dos, me puse un poco triste y escéptico. A esta altura no creo en las tragedias de cierto tipo. Pero no. Me encontré con una bellísima historia, por su avanzar y construir, por su poesía. Mirá vos, vine a encontrar la poesía en esta prosa. Un relato sumamente sencillo, pero que me quedó dando vueltas placenteramente por el resto del fin de semana. No puedo evitar citar el haiku con el cual el escritor anunció la novela


en el cielo de año nuevo
mil grullas vuelan,
o así me parece


***

Entre ayer y hoy un cuentito cortito de Oscar Wilde, El crimen de Lord Arthur Savile (qué linda edición de Emecé, Cuadernos de la Quimera). Me iluminó la mañana. Ya se sabe que lo mío no es el humor, y tampoco mucho Wilde y su esteticismo, pero tiene momentos, como una carta de una familiar de un dean, tristemente no asesinado por Lord Arthur, que aparece cerca del final y es una joyita.

***

Ví por tercera vez Kill Bill (la uno). Hay un diálogo entre O-ren Ishii y The Bride que dice "tricks are for kids". La novia se llama, nos enteramos después, en la dos, Beatrix Kiddo. Jeje. Me dí cuenta solito.

viernes, agosto 11, 2006

Respecto a las declaraciones sobre trenes del Sr. Presidente


Fijate de qué lado de la mecha te encontrás
Con tanto humo el bello fiero fuego no se vé.

(Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota - Queso Ruso)

martes, agosto 01, 2006

Yacumenza

En un momento determinado, la colectividad negra necesitaba un lugar y se permitió que se integrara allí. Es por eso que habemos negros de distintos tonos, porque había mucha mezcla con italianos y españoles. Cuando llegaba el amor no había problema de colores (se ríe). Aquí abajo había un club que se llamaba Yacumenza , que estaba integrado al principio solo por negros. El nombre se le puso porque arriba vivían italianos, y todas las tardes, cuando venían los negros con los tambores, un italiano decía: oohhh, yacumenza con lo tambore . Por eso al club se le puso Yacumenza.
(De una entrevista a Lágrima Ríos en la página del Partido Socialista)

Una brisa

No me cae mucho Jaime Roos, pero a veces, a veces...

El tercero es el único que se dice normal
Justo él que ha vivido cuidando un empate.

(Jaime Roos - Las luces del estadio)

He andado muchos caminos

Algún estúpido va a decir que este poema es anacrónico. Agarrá un libro, burro. La estrofa final es sublime.


He andado muchos caminos,
he abierto muchas veredas;
he navegado en cien mares,
y atracado en cien riberas.

En todas partes he visto
caravanas de tristeza,
soberbios y melancólicos
borrachos de sombra negra,

y pedantones al paño
que miran, callan, y piensan
que saben, porque no beben
el vino de las tabernas.

Mala gente que camina
y va apestando la tierra...

Y en todas partes he visto
gentes que danzan o juegan,
cuando pueden, y laboran
sus cuatro palmos de tierra.

Nunca, si llegan a un sitio,
preguntan a dónde llegan.
Cuando caminan, cabalgan
a lomos de mula vieja,

y no conocen la prisa
ni aun en los días de fiesta.
Donde hay vino, beben vino;
donde no hay vino, agua fresca.

Son buenas gentes que viven,
laboran, pasan y sueñan,
y en un día como tantos,
descansan bajo la tierra.


Antonio Machado