jueves, setiembre 28, 2006

Yudasteia

En el año 1989 fuimos con mi grupo del liceo al ItalPark de Buenos Aires. Habíamos ganado unos juegos estudiantiles, blabla. Anduvimos en la montaña rusa, la mayoría de la gente quiso repetir el Samba (o similar bonaerense) mientras yo me juraba que nunca más en mi puta vida volvía a andar en una porquería de esas (o similar montevideana) y blabla. No importa. El asunto acá es que puedo recordarme haciendo cola en algún juego y escuchar a mis espaldas, doscientos metros, la música de fondo de algún otro juego. Decía algo como "yudasteia yudasgou". Así lo tarareé por meses.

Después una amiga (Mercedes, una de las gurisas más lindas que yo recuerde, comento al pasar), viendo que yo escuchaba a los Talking Heads, me dijo: "Ah! yo tengo un cassette con un grupo que seguro te va a gustar. Es de un ex que se lo dejó en mi casa". Lado 1. Epic Records. The Story of The Clash, vol. 1, segundo disco, primer tema. Spanish Bombs.

Y después, claro, averiguo más sobre esa maravilla que se llama The Clash. Y en uno de los momentos más fantásticos de mi vida, todo cierra. Después, claro, descubro que hay harto mejores temas que Should I stay..., tipo Janie Jones o White man in Hammersmith Palais o yo que sé... pero ¿quién me quita ese momento?

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Lo que le atrae de las matemáticas, aparte de los símbolos arcanos que se emplean, es su pureza. Si en la universidad existiera un departamento de pensamiento puro es probable que también se inscribiera, pero por lo visto las matemáticas puras son lo más cercano al reino de las formas que la academia le ofrece.

[...] Aunque de niño le interesaron vagamente los cohetes y la fisión nuclear, carece de sensiblidad por lo que llaman el mundo real, no logra entender por qué en la física las cosas son como son. Por qué, por ejemplo, una pelota que bota acaba por dejar de hacerlo. A sus compañeros de estudios, la pregunta no les plantea dificultades: porque su coeficiente de elasticidad es inferior a uno, dicen. Pero ¿por qué tiene que serlo?, se pregunta, ¿Por qué no puede ser exactamente uno o más de uno? Sus compañeros se encogen de hombros. Vivimos en el mundo real, le dicen: en el mundo real el coeficiente de elasticidad es siempre inferior a uno. A él esto no le parece una resupesta.


J.M.Coetzee - Juventud.

miércoles, setiembre 27, 2006

Jean Baptiste Poquelin, un gusto.

Me encuentro con mi madre el fin de semana y me comenta, desconcertada: "Realmente no puedo creerlo. El otro día le preguntaron en un programa en la tele a un participante quién era Jean Baptiste Poquelin, autor de El Avaro... y no sabía!!!". A ver, Graciela, avivate: el 99.2% de las personas no tiene ni puta idea de quien era Jean Baptiste Poquelin, y el 89.6% jamás escucharon hablar del Avaro y el 88% no tiene ni puta idea de quién era Molière. (*) Me hizo acordar a una conversación con jahey, amigo que no es almacenero como mi madre, no, pero que es igual de ingenuo. El tipo creía (equivocadamente, para su pesar y por supuesto) que todo el mundo podía entender lo gracioso de un calembour de Lope de Vega, "por el contexto histórico". Ajá. Primero explicame lo que es contexto y después hablamos. Esta gente vive en la luna, te digo.

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Tengo una admiración bastante importante por mi madre. Y al estúpido que salga con aquello de Edipo (único conocimiento de psicología que tiene la mayoría de los estúpidos que hablan de psicología), le cuento que todas las personas que la conocen piensan igual que yo. La señora esta hizo hasta cuarto año de liceo y es de profesión almacenera, pero hace los crucigramas más rápido que yo y sabe de aire quien era Jean Baptiste Poquelin. Por haberlo leído, claro. Porque, ya que estamos, también están los Trivial Pursuit que saben muchas cosas como para mantener conversaciones, lo cual los convierte en unos idiotas, pero al menos son más interesantes que el promedio, aunque es triste cuando quedan desenmascarados y ya me fui de tema.

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Lecturas actuales: El superhombre de masas de Eco, via jahey, Juventud de Coetzee, vía Diego, y me tengo que comprar La llanura de Dotán de mi amigo juan martín. Primer comentario: a diferencia de Infancia, la traducción de Juventud es bastante horrible. Sin embargo, atrás de esa nube de españolismos y giros que seguro no están en el original, se ve clarita una prosa como he visto bien poquitas. Bien poquitas. Agrego: hace bastante bastante que un libro no me acercaba a las lágrimas. Lean a Coetzee. Todo un viaje.


(*) Odio las cifras cortadas sin fundamento, pero hoy estoy rebelde.

jueves, setiembre 21, 2006

Coetzee al azar

Tomo al pie de la letra un comentario que le hago a Jahey, y para demostrar que Infancia de J.M.Coetzee es realmente una obra maestra, eligo un párrafo al azar:

Sabe que si quiere ser un gran hombre debería leer libros serios. Debería ser como Abraham Lincoln o James Watt, y estudiar a la luz de una vela mientras los demás están durmiendo, y aprender por su cuenta latín y griego y astronomía. No ha abandonado la idea de ser un gran hombre; se promete a sí mismo que pronto empezará a leer libros serios; pero, por el momento, todo lo que quiere leer son cuentos.

Capaz que después comento algo más de este libro, que se me ha ubicado en mi top ten desde el párrafo dos. Pero adelanto: si algún día escribo, quiero escribir así. Con así de pocos adjetivos.

lunes, setiembre 18, 2006

Para un análisis del cieguito volador

Últimas citas sobre Apocalípticos e Integrados. Un ensayo como para empezar a hablar.

Nos interesa, ante todo, establecer que el descodificador ante el mensaje poético, se sitúa en la característica situación de tensión interpretativa, precisamente porque la ambigüedad, al ralizarse como ofensa al código, genera una sorpresa. La obra de arte se nos propone como un mensaje, cuya descodificación implica una aventura, precisamente porque nos impresiona a través de un modo de organizar los signos que el código habitual no tenía previsto.

Y sigue una serie de comentarios sobre como con el paso del tiempo, cuando la obra genera un nuevo código (un código estándar, el más habitual) sus estilemas se consumen.

Que guste la Gioconda porque representa el Misterio, o la Ambigüedad, o la Gracia Inefable, o el Eterno Femenino (...) significa aceptar un mensaje determinado, al que se ha sobrepuesto, como código, una descodificación anterior, erigida en fórmula. En efecto, no se considera ya la Gioconda como un mensaje que deba ser puesto de relieve por su estructura: se utiliza como signo, como un significante convencional, cuyo significado es una fórmula difundida por la publicidad.

Revelador, creo. Hay que leer los libros, no que te los lean.

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Acordarse un día con tiempo de hacer un análisis literario completo de El cieguito volador de Sumo. Figurarán comentarios sobre la cantidad de enfoques diferentes sobre el mismo objeto que hay en unas pocas líneas: a) la única referencia a que los murciélagos ven poco está en el título. Exquisitamente, resume el texto algo que no está dicho en él. b) Los murciélagos dan miedo. Figura obvia, sobre todo si tres veces repetida ("tétricos", "miedo", "terror"). c) Los muciélagos luego nos dan tristeza y compasión: "abrigaditos en cuevas tristes". d) Los murciélagos nos dan ternura (el contraste se desata desde la oscuridad): "los murciélagos tienen alas de cisne". e) "Los murciélagos lucen mejor cuando la noche es rara". Nos lucen mejor, son ellos y son nuestra percepción, claro. f) Y más: tienen radar y uno puede imaginarlos riendose de Batman.

Y entonces, la secuencia que nos descubre otra forma de ver. In crescendo, primero describe ("y se cuelgan hacia arriba"), luego te ubica("Viendo tu panza al revés"), y luego te observa ("Revés al panza tu viendo!"). Y concluye, ya sin metáfora: "Yo estoy al derecho. Dado vuelta estás vos". Una y otra vez.

Claro, a ese análisis literario le va a faltar la música. La música no puede describirse con palabras. Revés al panza tu viendo.

El cieguito volador
Sumo.
Los murciélagos son tétricos
Dan miedo y terror
Y nunca están limpios
Los murciélagos se quedan abrigaditos
En cuevas tristes
Los murciélagos tienen alas de cisne
Y se cuelgan hacia arriba
Viendo tu panza al revés
Viendo tu panza al revés
Los murciélagos vuelan sin problemas
Los murciélagos tienen radar
Los murciélagos lucen mejor cuando la noche es rara
A los murciélagos no les importa...
Batman!
Revés al panza tu viendo!
Revés al panza tu viendo!
Yo estoy al derecho!
Dado vuelta estás vos!

martes, setiembre 12, 2006

Más apocalípticos e integrados

Añádase que el moralista apocalíptico no llega, habitualmente, ni al mero análisis de las estructuras del producto. Más que "leerlo", se niega a leerlo y lo condena como "ilegible"; más que someterlo a juicio, se niega a juzgarlo y lo encuadra en una presunta "totalidad" que hace de partida negativo el producto, totalidad que no entendemos cómo puede haber elaborado sin una confrontación dialéctica de los fenómenos singulares analizados objetivamente.

Uf. Estoy harto de ver este comportamiento a mi alrededor.

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Véanse las palabras de Sartre: "Yo soy mi futuro en la perspectiva continua de la posibilidad de no serlo. De ahí la angustia, descrita antes, que nace al decir que no soy lo bastante aquel futuro que debo ser y que da sentido a mi presente; soy un ser cuyo sentido es siempre problemático"

Cuando ví esta cita me dio como una alegría enormísima, dijera Cortázar. "El ser y la nada" es bruto libro. Es muy difícil de entender para alguien que, como el que suscribe, no tiene demasiado background en filosofía. Pero igual, aunque sólo llegue uno a la superficie, y ayudado de un lápiz y un papel, puede cambiar su vida. Bue, eso fue lo que me pasó a mí hace unos años. Andá a saber si puede generalizarse.

miércoles, setiembre 06, 2006

40 años antes.

O sea: sólo si se adquiere conciencia del hecho de que el consumidor de cómics es el ciudadano en el momento en que desea distraerse a través de la experiencia estilística propia del cómic, y que por tanto el cómic es un producto cultural disfrutado y juzgado por un consumidor que en dicha ocasión está especificando la propia solicitud en esta dirección, pero que aporta a esta experiencia de fruición su experiencia entera de hombre educado asimismo para la fruición de otros niveles, sólo entonces la producción de cómics pasará a estar determinada por un tipo de exigencia culturalmenete preparada. Lo curioso es que esta situación de derecho, para los consumidores intelectualmente más audaces, tiene de hecho ya lugar. El hombre de cultura que a determinadas horas escucha Bach, en otros momentos se halla propenso a conectar la radio para "ritmar" la propia actividad a través de una "música de uso", de consumo a nivel superficial. Salvo que en esta actividad (dominado por una implícita desconfianza hacia aquello que juzga un acto culpable) acepte "encanallarse" y no dirija solicitudes particulares al producto que emplea: obrando de tal forma, acepta descender de nivel, goza en hacerse "normal", igual a una masa que en su interior desprecia pero de la que experimienta la fascinación, la solicitud primordial. El problema no radica en deprecar el recurso a una música de entretenimiento, sino en tomar dicha música de estilo, con perfecta adherencia al fin (y por tanto con arte) y sin que las solicitudes viscerales, indispensables al efecto, prevalezcan más allá de cierta medida sobre otros elementos de equilibrio formal.


Umberto Eco - Apocalípticos e Integrados, 40 años antes de este post de jahey.

viernes, setiembre 01, 2006

Viernes.

quisiera decir que tengo
alegría en lo que doy
pero con mi canto voy
más triste de lo que vengo