viernes, octubre 08, 2010

Miralo a Marito.

Por supuesto, lo primero que hice al enterarme fue mandarle un mensaje a mi madre:

Miralo a Marito. Un viejo amigo de la infancia

Si no me equivoco, la última vez que leí a Mario Vargas Llosa fue antes de cumplir veinte años, y, si no me equivoco, lo que leí era La ciudad y los perros, desde entonces presente como una de las mejores novelas que haya leído. Por supuesto, me equivoco: Pantaleón y las visitadoras y un intento fallido de terminar La fiesta del chivo en una lectura de fin de semana (puedo recordar con bastante precisión lo que leí, cosa rara en mí), son bastante posteriores, pero para mí marito vargas llosa es el de la ciudad y los perros, o Pichula Cuellar, y ahí está. Tanto, que no tengo en mi biblioteca ni una sola de sus novelas: en esa época no compraba libros.

Por el no me sorprendieron tanto los militares, políticos, gobernantes, ricos, pobres y adolescentes

Mi madre acierta en la respuesta, aunque seguramente con más conocimiento que yo, porque a mí me falta lo que según ella es su mejor novela, Conversación en La Catedral, que, por razones que se me escapan, nunca leí.

Que le hayan dado el Nobel me saca una duda: siempre me pareció un excelente escritor, y siempre lo preferí a García Márquez, pero no parecía una opinión con mucho eco. Respeto mucho al Nobel de Literatura: no recuerdo uno de sus ganadores que me haya decepcionado (en lo que puedo opinar: la prosa), más bien lo contrario. Así que bueno, todos empezarán a hablar de marito, y a mí me va a poner contento. Y a mi madre también.

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