El domingo, ya lo saben, fui a votar a Paysandú. Y convencí a mi padre de poner la papeleta rosada. El no quería, decía que ya estaba saldado, que ya había votado amarillo hace 20 años, y que era hombre de palabra. Le dije que pensara en sus nietos, y que recordara que ya había cambiado otras veces. El domingo llegué a Paysandú y mi padre ya había votado (votó temprano porque veníamos de visita). Me dice, rezongando, "puta madre, me seguís haciendo cambiar cosas". "No sabés la alegría que me das", le dije. Y nos fuimos a comer pollo hecho en el mediotanque, y a jugar con los gurises. Mi madre me dice: "siempre dije que tenías que haber sido diplomático". Le contesté que no, que simplemente lo hice olvidar su indiferencia.
Mi padre no es un idiota, no es un cornudo. Simplemente es resultado de la Historia. No se puede esperar un comportamiento "ideal" si uno no trabaja para ello.
Creo que hubo una doble mala campaña: una mala campaña del Frente Amplio, por omisa (no, no me joda, por omisa, mierda), y una mala campaña de nosotros mismos, que intentamos recurrir a imágenes apocalípticas, cuando lo verdaderamente importante era la imagen país, la identidad. Lo pusimos, como dice mi amigo zeta, demasiado en blanco y negro. O estabas a favor de matar a todos los milicos bien muertos, púdranse en la cárcel, hijos de puta, o eras un reaccionario traidor a la patria. Y nos olvidamos que no hay nada más sin apuro que un pueblo haciendo la historia.
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Tengo una tristeza desbordante. Tal vez mañana no suscriba lo que dije. Me cuesta recuperar mi equilibrio. Cualquier análisis sigue mal. Veremos.
lunes, octubre 26, 2009
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1 comentario:
En mi casa tuve que hacer ese mismo trabajo.
Mis viejos votaron amarillo, y que ya está, ya pasó.
Entonces, de a poco, les hice ver que en aquel momento no contaban con toda la información, con las abrumadoras prubas del Crimen.
Les fui leyendo pasajes de entrevistas de familiares y de quienes fueron torturados, nombres y edades de los desaparecidos, los niños que robaron.
Despuès vino el argumento, "pero igual ya están viejos, por un par de años que importa, ya se van a morir"
Y que no, que lo que importa es la historia, que no se mueran impunes como pinochet. que en los libros de historia de mis sobrinos diga claramente quienes hicieron qué.
Al final votaron rosado, también mis hermanos.
el desasosiego que siento porque no se llegó, lo describis vos muy bien en el último post.
Y me parece que esa generación rosada (urge encontrarle otro nombre) está entre la que ya no quieren saber más nada y la que no le interesa nada.
Lo que me queda es asegurarme que, al menos, mis sobrinas encuentren otro motivo para que les guste el rosado.
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