Siempre creí que me molestaban los soberbios. Peor pecado capital, para mi cuenta. Ahora me doy cuenta que me molestan los soberbios que se jactan de medallas que no tienen, o de medallas que todo el mundo tiene. Lo cual me convierte en un soberbio al evaluarlos, pero como eso no puede hacerlo todo el mundo... ya saben, no me molesto.
Soberbio es el Dr. Gregory House, protagonista de una de las mejores seriales de televisión que conozco. La televisión es, casi por definición, bastante inferior al cine, sus esquemas son más esquemáticos (esquémicos, me gustaría decir). Pero igual este House es bueno, y disfruto cada diálogo como no lo hacía desde Los Simuladores, y antes Archivo Negro (serial argentina que nadie conoce, creo, pero que, nomás por Julio Chavez valía la pena, y también porque la compartíamos religiosamente con mi hermano).
Y soberbio es, claro, Maradona. Maradona decía "cuando estaba en el Nápoles, en un momento las barreras me daban la espalda para ver bien como la ponía en el ángulo". Y uno dice que soberbio y ahí pum, pum, pum, uno atrás del otro goles de tiro libre de Maradona en el Nápoles. Y ahí Maradona haciendo una moñita contra la línea para hacer que el arquero se pegue contra el palo (o era un defensa? no importa)... y uno dice que soberbio y se entera que era en el Barcelona contra el Real Madrid. Y etcétera.
En un post de
sig apareció la carrera de Arnoux y Villeneuve, y me hizo acordar a que considero a los deportes como un excelente modelo del mundo, un modelo (como todos) más sencillo que la realidad, pero que puede capturar las principales aristas, lo cual lo convierte en una fuente de reflejos en miniatura de aquella. Complicado para este post que sólo tiene dedicados 10 minutos antes de salir. No importa. Lo que digo es que el evento más misterioso en esa pequeña realidad, un evento de esos que si fueran en la grande serían memorables, y aun memorable considerado desde ella, lo cual muestra lo increíble que es para la pequeña realidad inicial, es el partido Argentina-Inglaterra en el mundial del '86. Ahí Maradona hizo los que probablemente son los dos goles más geniales de la historia del fútbol... en el mismo partido. En el mismo partido que además era por cuartos de final. Y que además era contra Inglaterra. Inglaterra, en el 86. Se entiende? Y encima la Historia lo alimenta, y viene Messi y hace un gol igual igual a uno, y dos semanas después hace un gol igual igual al otro. No me digan que no es soberbio.
Últimamente me he cruzado con un par de soberbios de los que me molestan. Y me acuerdo de Maradona dribbleando a alguien sin verlo, y lo desprecio. Al soberbio, claro. No a Maradona.