La estética aparece en piedritas. A veces hay muchas juntas y ahí tenemos La Náusea o El Mercader de Venecia. Pero piedritas chiquitas hay por todos lados. Van dos.
El bebé de Rosemary (Roman Polanski, 1968): La más conocida, la más influyente y la más temible. Posiblemente una de las mejores -si no la mejor- películas de horror de la historia, esta siniestra acumulación de datos escondidos, climas enfermizos y connotaciones siniestras sigue asustando casi cuarenta años después que cargar al edificio Dakota de un mal karma eterno y haciendo que todavía se discuta acerca de si se vel al oscuro bebé o no
(De una lista de películas "satánicas" de Gonzalo Curbelo en ladiaria. Me dio miedo de sólo leerlo nomás).
Panario juega muy mal al pinpón, siempre le gané fácil. Pero para que no se quemara, jugaba a media máquina y me sentía súper magnánimo.
(Un maravillosamente descontextualizado comment de tom en elabra, donde me descubre la palabra "pinpón").
miércoles, junio 07, 2006
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