domingo, diciembre 12, 2010

El péndulo de Foucault

- Ya no puedes entender. Eres prisionero de tu criatura. Pero tu historia todavía transcurre en el mundo externo. No sé cómo, pero puedes salirte de ella. En mi caso es distinto, yo estoy experimentando en mi cuerpo lo que hemos hecho jugando con el Plan...
- No digas tonterías, lo tuyo es asunto de células
- ¿Y qué son las células? Durante meses, como rabinos devotos, hemos pronunciado con nuestros labios distintas combinaciones de las letras del Libro. GCC, CGC, GCG, CGG. Nuestras células aprendían lo ue decían nuestros labios ¿Qué han hecho mis células? Han inventado otro Plan, y ahora funcionan por su cuenta. Mis células están inventando una historia que no es como la de todos. Mis células han aprendido que se puede blasfemar haciendo anagramas con el Libro y con todos los libros del mundo. Y esto es lo que han aprendido a hacer con mi cuerpo. Invierten, trasponen, alternan, permutan, crean células nunca vistas, y sin sentido, o con sentidos opuestos al sentido justo. Tiene que haber un sentido justo y otros equivocados, si no, es la muerte. Pero ellas juegan, sin fe, a ceigas. [...] Nosotros , y todo aquel que busque un sentido secreto más allá de la letra, hemos perdido el juicio. Y eso han hecho mis células, obedientes. Por esto me estoy muriendo, Jacopo, y tú lo sabes.


Umberto Eco - El péndulo de Foucault


Lo mismo que la otra vez. Un libro muy divertido este, muy entretenido, pero cuando el Plan se consolida me aburre un poco. Literatura liviana, con matices.

viernes, noviembre 12, 2010

Hoy tengo ganas de hablar de política

Hace días que pienso en tres temas que describen un momento en el Uruguay que podría ser muy importante para el futuro inmediato (por lo menos).

Primero: la Ley de Caducidad.

Tengo toda la impresión de que el tema de la Ley de Caducidad se está viendo desde el ángulo equivocado, y ello está llevando a diagnósticos erróneos y, por tanto, a soluciones erróneas.

Visto desde un aspecto político, los argumentos del Frente Amplio son inllevables y la oposición tiene razón: querer anular una ley que hace dos meses la ciudadanía resolvió no anular es un disparate. Los argumentos en contrario (expuestos claramente por Constanza Moreira en Brecha el viernes) no pueden ocultar el bosque: a los uruguayos no les interesa anular la Ley de Caducidad. Que no hubo papeletas por NO, que no se llegó por poco, son argumentos que no son de recibo: se apostó al camino, y si el camino falla, es que perdiste. No podés hacer lo que en los hechos es lo mismo unos meses después. No podés. No importan los argumentos jurídicos. Decir que todo el mundo votó al Frente Amplio, que proponía anular la ley, y por eso están habilitados, es desconocer que el propio Frente Amplio hizo todo lo posible para que el tema NO estuviera en el centro. Así que ta. No da. Que estamos quedando pegados en el mundo... bueno, pero basados en una decisión soberana de la ciudadanía, o sea, la mayoría estamos (uso la primera persona porque después de la votación, somos todos) de acuerdo en quedar como unos enfermos, así que no importa. Es soberanía en su máxima expresión.

Ahora, el problema de la Ley es que es inconstitucional. Reverendamente inconstitucional. A los argumentos de la Suprema Corte de Justicia los entiende un liceal o cualquiera que haya oído hablar de Montesquieu y su separación de poderes: la Ley dice que el Poder Ejecutivo decide si un caso está cubierto, es decir si se juzga. Tremendo bolazo jurídico, lo mires por donde lo mires (la Historia juzgará a la otra Suprema Corte, la que dijo que sí, que era constitucional). Y en el Derecho uruguayo ninguna Ley, por soberana que sea, puede ir contra la Constitución. Ni aunque el cincuenta y dos, el setenta o el ciento por ciento de los uruguayos estén de acuerdo, o no estén en contra, o lo que puta sea. No se puede. Y acá lo del soberano... no importa. Así de fácil.


¿Entonces? Bueno, primero, dejemos de buscar soluciones legislativas a algo que está fuera del Derecho. No me vengan con interpretaciones, en este tema no puede haber medias tintas, porque quedamos enterrados hasta las manijas para siempre: no vamos a ganar nada, porque sigue siendo el Ejecutivo (o el Legislativo, aprobando otra interpretación) quien decide. Segundo, asumamos el costo de Ignorar al Soberano. Pongámonos judicialistas. De hecho lo estamos haciendo: la Corte tranquilamente está declarando inconstitucional a la Ley, y habilitando investigaciones. Ese es el ÚNICO camino posible. Claro, la legislación uruguaya dice que es caso a caso.
Entonces, la propuesta que me gusta más de la que están en la vuelta es la del Partido Independiente (!): reformar la Constitución, para que una ley inconstitucional se anule para todos los casos. No sé qué tan viable es esto (habría que ir al Derecho Comparado y eso), pero parece razonable. Ahí se reforma y se vota (y esta vez por SÍ o por NO) y quedan (obviamente) dos resultados posibles: se aprueba y la Ley se fue, o se niega... y sigue el goteo ad infinitum, porque así es la legislación uruguaya. Pero no juzgar ya no es una opción, esta Ley ya fue.

Un comentario adicional: el argumento escuchado en estos días por prestigiosos abogados como el Dr. Ope Pasquet, de que no teníamos un problema porque con esta Ley igual se puede juzgar, es un insulto. No se puede ser tan falaz. Es malísimo que con esta Ley se pueda juzgar... porque el mismo argumento permite que no se juzgue. Y en casos idénticos. O sea: un bolazo jurídico.

Segundo: Gremialistas.

Esto que está pasando en la banca ya lo vi. Se llamaba ADEOM. Y no está bueno.

Tercero: Lobbys

Se viene el FONASA para las Cajas de Auxilio. Prepárense para ver a los lobbys más importantes del país en acción. Si yo fuera periodista y tuviera tiempo, agarraría papel y lápiz y tomaría nota, y obtendría un precioso libro sobre la historia del Uruguay.

Después me dicen.

domingo, octubre 17, 2010

Memorables notas al pie

Algunas lecturas y visiones últimas, como para poner de nota al pie en mi visita a París (que está más cosmopolita que nunca, más en crisis que nunca y repleta hasta la náusea de turistas, dios, o seré yo, no sé). Como dice Lola "Nunca jamás volveré a visitar la Sainte Chapelle". La casa de mis (increíble, casi que inaceptablemente amables) anfitriones está llena de libros y los viajes en tren eran para mí diariamente bastante largos y solitarios, así que no tuve más remedio que leer.

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Encontrarse a la vuelta con Charlie y Lola en Televisión Nacional Uruguay es una encantadora sorpresa. Lo que transmiten ambos hermanos (casi esbozados con unos pocos trazos) hace pensar en maestría. Lo que transmiten ellos y sus amigos, y el inefable Soren Lorensen. Busqué en Internet, y están basados (no podía ser de otra manera, pensándolo un poco) en unos libros de una señora que se llama Lauren Child, y que creo que voy a comprar, aunque sólo se consigan en inglés. Para muestra, un libro de actividades se llama I Absolutely Must Do Coloring Now or Painting or Drawing. Bien de Lola. Recomendado para niños y recomendado para los que afanosamente buscan saber qué hay en una obra maestra.

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Me prometí en Paris que de aquí a fin de año mis lecturas literarias (minga de redundancia) iban a ser (nuevamente) "El péndulo de Focault" y (contagiado por mi agradabilísima estadía en la casa de mi amigo jahey) Onetti, bastante Onetti. Eco se divierte muchísimo con el péndulo y me divierte bastante. De la primera lectura, recuerdo la impresión de sobrecarga de información (aun teniendo claro que era la idea), vamos a ver cómo es la segunda. Me temo, sí, que la traducción que tengo no es la mejor. Onetti (de quien hasta ahora sólo había leído "Cuándo entonces", que me había gustado muchísimo y que creo que debe estar comentada por ahí y la prolija Los adioses), con El pozo me sorprendió con el clima opresivo que me hizo acordar rápidamente a Dostoyevski y un poco a Sartre, pero no me terminó de convencer. En cambio las pocas páginas de El astillero que llevo leídas, son asombrosamente equilibradas, y un ejemplo de precisión en la ejecución. Como dice todo el mundo (incluso marito vargas, que en su vuelta a Princeton después del Nobel dio una charla sobre Carpentier y otra sobre Onetti), un genio.

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Por fin leí La caída, del amigo Camus. Debo decirlo con dolor: no me gustó demasiado, y eso no quita que sea magnífico. Esperaba literatura y encontré casi un ensayo, un ensayo brillante, original, violento.

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Por fin leí A puerta cerrada, del amigo Sartre, en paquete con La puta respetuosa. Supongo que en el primero me pasé buscando el infierno son los demás, por lo que voy a volver a leerlo, como se hace con los museos. El segundo es terrible, uno se dobla tranquilamente en la impotencia.

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Para variar, leí un par de cuentos (mini novelas, no sé), de un autor uruguayo: Damián González Bertolino. Me gustaron ambos, aunque mucho más la prosa del segundo (Threesome) que es tersa y hace avanzar la historia sin los saltitos del primero, tarea harto difícil.

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Discusión de Borges es una especie de compendio de observaciones agudas sobre la literatura y los escritores, junto con algunas disquisiciones medio menores sobre el tiempo y algunas paradojas (menores pero, por supuesto, escritas en la prosa perfecta de Borges). Borges en El Hogar es Borges casi casi que escribiendo en broma, digamos que en tono de blog. Lo poco que leí, bah, porque ahí me vine.

viernes, octubre 15, 2010

Algo distinguido

El Martín Fierro está redactado en un español de entonación gauchesca y no nos deja olvidar durante mucho tiempo que es un gaucho el que canta; abunda en comparaciones tomadas de la vida pastoril; sin embargo, hay un pasaje famoso en que el autor olvida esta preocupación de color local y escribe en un español general, y no habla de temas vernáculos, sino de grandes temas abstractos, del tiempo, del espacio, del mar, de la noche. Me refiero a la payada entre Martín Fierro y el Moreno, que ocupa el fin de la segunda parte. Es como si el mismo Hernández hubiera querido indicar la diferencia entre su poesía gauchesca y la genuina poesía de los gauchos. Cuando esos dos gauchos, Fierro y el Moreno, se ponen a cantar, olvidan toda afectación gauchesca y abordan temas filosóficos. He podido comprobar lo mismo oyendo a payadores de las orillas; éstos rehuyen el versificar en orillero o lunfardo y tratan de expresarse con corrección. Desde luego fracasan, pero su propósito es hacer de la poesía algo alto; algo distinguido, podríamos decir con una sonrisa.

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Séame permitida aquí una confidencia, una mínima confidencia. Durante muchos años, en libros ahora felizmente olvidados, traté de redactar el sabor, la esencia de los barrios extremos de Buenos Aires; naturalmente abundé en palabras locales, no prescindí de palabras como cuchilleros, milonga, tapia y otras, y escribí así aquellos olvidables y olvidados libros; luego, hará un año, escribí una historia que se llama "La muerte y la brújula" que es una suerte de pesadilla, una pesadilla en que figuran elementos de Buenos Aires deformados por el horror de la pesadilla; pienso allí en el Paseo Colón y lo llamo Rue de Toulon, pienso en las quintas de Adrogué y las llamo Triste-le-Roy; publicada esta historia, mis amigos me dijeron que al fin habían encontrado en lo que yo escribía el sabor de las afueras de Buenos Aires. Precisamente porque no me había propuesto encontrar ese sabor, porque me había abandonado al sueño, pude lograr, al cabo de tantos años, lo que antes busqué en vano

(Jorge Luis Borges - El escritor argentino y la tradición)

viernes, octubre 08, 2010

A big big love

Los Pixies estuvieron en Montevideo y la rompieron.

La discusión sobre cómo sonó es estéril (creo que sonó más bien que mal, pero digo que es estéril). La estética y la actitud Pixies estuvieron en el Teatro de Verano y probablemente para algunos de los que estábmos ahí lo que vimos sea el espectáculo que querríamos ver ad infinitum si nos tocara ir al cielo o al infierno.

Escuché a dos personas bien diferentes preguntarse lo mismo: ¿y ahora qué?

Miralo a Marito.

Por supuesto, lo primero que hice al enterarme fue mandarle un mensaje a mi madre:

Miralo a Marito. Un viejo amigo de la infancia

Si no me equivoco, la última vez que leí a Mario Vargas Llosa fue antes de cumplir veinte años, y, si no me equivoco, lo que leí era La ciudad y los perros, desde entonces presente como una de las mejores novelas que haya leído. Por supuesto, me equivoco: Pantaleón y las visitadoras y un intento fallido de terminar La fiesta del chivo en una lectura de fin de semana (puedo recordar con bastante precisión lo que leí, cosa rara en mí), son bastante posteriores, pero para mí marito vargas llosa es el de la ciudad y los perros, o Pichula Cuellar, y ahí está. Tanto, que no tengo en mi biblioteca ni una sola de sus novelas: en esa época no compraba libros.

Por el no me sorprendieron tanto los militares, políticos, gobernantes, ricos, pobres y adolescentes

Mi madre acierta en la respuesta, aunque seguramente con más conocimiento que yo, porque a mí me falta lo que según ella es su mejor novela, Conversación en La Catedral, que, por razones que se me escapan, nunca leí.

Que le hayan dado el Nobel me saca una duda: siempre me pareció un excelente escritor, y siempre lo preferí a García Márquez, pero no parecía una opinión con mucho eco. Respeto mucho al Nobel de Literatura: no recuerdo uno de sus ganadores que me haya decepcionado (en lo que puedo opinar: la prosa), más bien lo contrario. Así que bueno, todos empezarán a hablar de marito, y a mí me va a poner contento. Y a mi madre también.

domingo, octubre 03, 2010

Let the wind speak

Desde años atrás yo había sabido que era necesario meter en la misma bolsa a los católicos, los freudianos, los marxistas y los patriotas. Quiero decir: a cualquiera que tuviese fe, no importa en qué cosa; a cualquiera que opine, sepa o actúe repitiendo pensamientos aprendidos o heredados. Un hombre con fe es más peligroso que una bestia con hambre. La fe los obliga a la acción, a la injusticia, al mal; es bueno escucharlos asintiendo, medir en silencio cauteloso y cortés la intensidad de sus lepras y darles siempre la razón. Y la fe puede ser puesta y atizada en lo más desdeñable y subjetivo. En la turnante mujer amada, en un perro, en un equipo de fútbol, en un número de ruleta, en la vocación de toda una vida.

(Juan Carlos Onetti - Dejemos hablar al viento)

I have tried to write Paradise

Do not move
let the wind speak
that is paradise

Let the Gods forgive what I
have made
Let those I love try to forgive
what I have made.


(Ezra Pound, Canto 120)

Los adioses

Y acaso, según se me ocurrió después, no estuviera haciendo aquello -la sonrisa, la indolencia, el descaro- solamente para facilitar mi odio, mi comodidad, mi regreso a la resignación; acaso buscara también paralizar mi lástima en el contiguo futuro, en la hora de la derrota que yo había profetizado o en la de la otra, definitiva, lejana, más allá del orgullo, y que ella estaba atribuyendo, como una fatalidad, a su vida.

-Vivir aquí es como si el tiempo no pasara, como si pasara sin poder tocarme, como si me tocara sin cambiarme -estaba mintiendo yo cuando llegó el ómnibus.


(Juan Carlos Onetti, Los Adioses)

martes, setiembre 28, 2010

Idea para un cuento con fallido intento de construcción


No hay, que yo sepa, cuentos de Borges sobre París. No es una ciudad que parezca cuadrarle a alguien tan inglés como Borges.

Toma el tren en Denfert-Rochereau, el primero del día. Las pocas personas en el andén se ven tal vez más indiferentes que lo habitual. Dormidas o tristemente habituadas a ese anormal horario para estar ahí o en cualquier lado, conscientes.

Sin embargo, su absurda cantidad de referencias importantes la vuelven un lugar ideal para un juego de laberintos, promovido, como hace Borges, a reflexión filosófica, a teoría epistemológica o a acertijo, nomás.

Port Royal. Nadie sube o baja, caras diferentes, algunas valijas. Piensa en El informe de Brodie, que tiene ya leído en su mochila, disfruta repasando varios de los cuentos, todos sublimes, de un Borges de setenta años con la ironía a flor de piel.

Por ejemplo, se puede salir casi sin darse cuenta al Palacio de Justicia, ver a la izquierda una plaza con parejas besándose aun bajo la llovizna y la noche o tal vez por eso, adelante la torre de Saint Jacques e incluso buscar en vano Notre Dame, que no se ve por el ángulo pero se sabe que está. Y saber que luego está el Pont Neuf y luego las maderas del Pont des Arts y hasta allá lejos, incogruente y molesta, la figura de la Torre Eiffel. Y así siempre.

En la estación de Luxembourg la voz del RER le recuerda no sé qué de las puertas o de las vías. Encuentra sublime su pronunciación, especialmente cuando dice “train” marcado una vocal que supone impronunciable para alguien más que esa voz o la voz de otro francés. El mundo con tan pocas variantes del RER se le antoja opresivo, opresivo sobre las figuras que poco a poco pueblan el entorno

Y entonces suponer que esos eventos cambian de lugar. Que el Panthéon puede encontrarse del otro lado de la calle que sale directa  o termina en Val de Grace, y que ya no está la torre allá a lo lejos.

Chatelet-Les Halles. Como siempre, escapar de ese mundo opresivo le es más fácil a través de los nombres, que le recuerdan lo que está arriba, y le proporcionan  túneles con luz. Y es posible moverse por ellos y escapar, mientras las figuras siguen silenciosas. La figura del mapa del metro se le antoja una visualización del destino.

Borges podría sonreír divertido con esta idea. O con ideas de pasadizos secretos que llevan de un punto a otro, o te dejan en medio de una calle cualquiera de París, pongamos el Bulevard Brune, cuando salís por una puerta equivcaoda del Jardín de Luxembourg.

 Llegar a la Gare du Nord es salir de Paris. Sabe lo que sigue mirando al mapa: La Plaine, La Corneuve, Le Bourget, y la lista se completa sin pronunciarse. Se duerme, su destino es la última estación.

Y por supuesto el metro, que conecta esos hitos.

Cuando La Voz le anuncia el aeropuerto, se sorprende un poco, mira a las figuras que se mueven hacia la puerta con valijas (son otras figuras, mucho menos francesas que hace unos minutos), y baja, preparado para el fin de semana. No entiende las escaleras, no entiende por qué la luz natural al final. Cuando sale, ahí están las cúpulas de Notre Dame. No sabe por qué, pero no se sorprende completamente; muchas veces lo inventó posible. Busca el mapa en su bolsillo y ya las geometrías son otras, y ahora las líneas de metro se cruzan con ellas mismas y el está con su mochila preparada, dispuesto a viajar y a esperar que la siguiente mutación lo lleve al aeropuerto.

No, Cortázar lo haría mejor. 

domingo, setiembre 26, 2010

The crude force of computers is not science

The validity of a statistical (information theoretic) approach to MT has indeed been recognized, as the authors mention, byWeaver as early as 1949. And was universally recognized as mistaken by 1950 (cf. Hutchins, MT – Past, Present, Future, Ellis Horwood, 1986, p. 30ff and references therein). The crude force of computers is not science. The paper is simply beyond the scope of COLING.

Anonymous Coling review, 1 March 1988

(Citado en "The Dawn of Statistical ASR and MT", discurso de de Fred Jelinek de aceptación del ACL Lifetime Achievement Award, documento que tú, estimado lector, deberías, sin duda, leer.)

sábado, setiembre 25, 2010

Fred Jelinek

Se murió Fred Jelinek, para mi gusto una de las tres figuras fundamentales para el Procesamiento de Lenguaje Natural en el siglo XX.

Me pone bastante triste.

Und alle

Y estás ahí, en medio de eso tan extraño que es Baviera, y las jarras oscilan y cantan todos una melodía que ya conocías. Y buscás, y encontrás a un español, a José Velez que bueno, es la infancia y la Semana de la Cerveza hace mucho y muy lejos.





En realidad, la versión que escuchás es ligeramente diferente... o no tanto.


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Bueno, eso es la Oktoberfest. Ahí está.





miércoles, setiembre 01, 2010

Two ways of investigating and discovering truth

"There are and can exist but two ways of investigating and discovering truth. The one hurries on rapidly from the senses and particulars to the most general axioms, and from them. . . derives and discovers the intermediate axioms. The other constructs its axioms from the senses and particulars, by ascending continually and gradually, till it finally arrives at the most general axioms."
Francis Bacon, Novum Organum Book I.19 (1620)

"These two constraints, invoked by Bacon at the start of this chapter, give rise to the two search strategies underlying most parsers: top-down or goal-directed search, and bottom-up or data-directed search. These constraints are more than just search strategies. They reflect two important insights in the western philosophical tradition: the rationalist tradition, which emphasizes the use of prior knowledge, and the empiricist tradition , which emphasizes the data in front of us."
Daniel Jurafsky and James Martin, Speech and Language Processing

Almagro

El canciller uruguayo, Luis Almagro, debe ser una de las personalidades más interesantes y más inteligentes de la política actual. Un tipo que parece extremadamente profesional en su trabajo, con una visión estratégica clara y una táctica tranquila, como de 10 de los de antes. En la diaria hoy lo entrevistan y (creo que torpemente) titulan con unas declaraciones sobre el caso Peirano, algo muy de actualidad pero con bastante menos contenido que un par de respuestas:

-¿Las características personales del presidente José Mujica influyeron para el logro de acuerdos a nivel binacional y regional?
- En forma determinante. [Mujica] es sabio, sabio. Tiene un prestigio internacional muy alto, tiene una autoridad moral en la región en términos absolutos, y tiene las mayores virtudes del negociador, que son timing y feeling. Timing es tener un sentido de la oportunidad y feeling es cuando tenés la sensación: es ahora. Entonces, todo eso junto
- Su actitud en materia de política exterior se ha calificado como "pragmática". ¿Coincide?
- No, al contrario. Las cosas se hacen sobre la base de principios. Desde el punto de vista táctico podés ser más o menos pragmático, depende de cómo venga la situación. Pero en la visión de largo plazo y estratégica creo que hemos sido absolutamente principistas. Tenemos una vocación integracionista, sin descuidar los pasos que tenemos que dar en otros mercados. Eso es ser principista; si trabajás la integración estás trabajando una cuestión de principios en política exterior

lunes, agosto 30, 2010

Hijo de mil putas.

La supersticiosa ética del lector

Pasear por YouTube mirando videos de Fernando Cabrera es una experiencia justa para un día en el que a uno se le ocurre buscar la transcendencia. Entre horas de ejemplos, me quedo con éste.

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La condición indigente de nuestras letras, su incapacidad de atraer, han producido una superstición del estilo, una distraída lectura de atenciones parciales. Los que adolecen de esa superstición entienden por estilo no la eficacia o la ineficacia de una página, sino las habilidades aparentes del escritor: sus comparaciones, su acústica, los episodios de su puntuación y de su sintaxis. Son indiferentes a la propia convicción o propia emoción: buscan tecniquerías (la palabra es de Miguel de Unamuno) que les informarán si lo escrito tiene el derecho o no de agradarles. Oyeron que la adjetivación no debe ser trivial y opinarán que está mal escrita una página si no hay sorpresas en la juntura de adjetivos con sustantivos, aunque su finalidad esté realizada. Oyeron que la concisión es una virtud y tienen por conciso a quien se demora en diez frases breves y no a quien maneje una larga. (Ejemplos normativos de esa charlatanería de la brevedad, de ese frenesí sentencioso, pueden buscarse en la dicción del célebre estadista danés Polonio, de Hamlet, o del Polonio natural, Baltasar Gracián.) Oyeron que la cercana repetición de unas sílabas es cacofónica y simularán que en prosa les duele, aunque en verso les agencie un gusto especial, pienso que simulado también. Es decir, no se fijan en la eficacia del mecanismo, sino en la disposición de sus partes. Subordinan la emoción a la ética, a una etiqueta indiscutida más bien. Se ha generalizado tanto esa inhibición que ya no van quedando lectores, en el sentido ingenuo de la palabra, sino que todos son críticos potenciales.

(Jorge Luis Borges - La supersticiosa ética del lector)

jueves, agosto 05, 2010

Como siempre, en estos momentos es cuando pierdo la línea. No, no: la línea de la referencia, la que tiembla en equilibrio, la que permite que las manos estén juntas, verticales, inmóviles y luego se alejen en un camino uniforme hacia los costados hasta el escalofrío que las detiene y la sonrisa que las bendice. Casi siempre puedo conservar esa línea. Hoy no. Es cuando escribo buscando el retorno a la certeza y no logro nada, que es nada también, porque cuando la línea se pierde ni siquiera hay dónde volver. No puedo estar mucho tiempo así, mi condición no lo permite, vuelve a tomar el control, me acaricia condescendiente la nuca, toma cada una de mis manos que ya han dejado de temblar, las acerca y las pone juntas, verticales y casi inmóviles y las aleja en un camino uniforme.

Y me alejo sonriendo, satisfecho, pero con una una sombra casi imperceptible, que no suma ni molesta, pero está.



sábado, julio 17, 2010

La Celeste

Todo el mundo está comentando la actuación de La Celeste (el nombre lo ha adquirido hasta la FIFA). No puedo ceder a la tentación de intentar superar el primer nivel de análisis (a.k.a. La Obvia) y meter un comentario necesariamente pseudosocial, pseudopolítico, pseudodeportivo sobre el milagro este del cuarto puesto con aspiraciones.

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Nos resistimos a creer que esto sea más que nuestra necesidad de alegría y de autocomplacencia. Pero los medios de todo el mundo dicen que no, que esto es realmente innovador, que Forlán fue el mejor jugador del mundial, que Tabarez fue el mejor técnico y que por una vez no nos engañamos diciendo que fuimos el mejor equipo (en uno de los múltiples sentidos) del Mundial de Fútbol. Asumámoslo antes de empezar, tomémoslo como hipótesis.

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Una de las frases más repetidas es "al fin superamos aquello de 'sólo festejamos primeros puestos'". No es cierto. Festejamos sin duda el vicecampeonato juvenil en Malasia en el '97. Festejamos aquel vicecampeonato de América cuando jugaba Magallanes. Festejamos aquel vicecampeonato de América cuando perdimos contra el enorme Brasil de Bebeto y Romario. Frutilla de la torta: me han dicho que en el '70 la gente salió a 18 de julio a festejar el cuarto puesto. Después no tuvimos otras oportunidades. Aquello era una frase hecha, nada más que una versión autóctona y deportiva del cuento de la zorra y las uvas.

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No escuché ni una vez la conclusión cantada: perdimos los partidos difíciles. Con europeos, marchamos dos veces. Creo que el motivo era válido: estábamos evaluando los medios antes que el fin. No dejamos que los resultados empañaran el concepto del que estábamos orgullosos. En un medio tan resultadista (?) como el fútbol, esto es un valor que habla de nacionalidad, de patria (esa palabra que para los socialistas, para nosotros todos, hasta ahora nos resultaba, nos resulta, tan temible, y que, puta digo, es hora de que empecemos a elaborar pacientemente, sin apuro, como corresponde a un pueblo haciendo su Historia, Zitarrosa dixit).

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El movimiento generado, culminado en esa caravana generosa, amplia, alegre y en ese acto final irreverente, despojado de frases hechas, no puso el foco en la garra sino en el equipo, en el fútbol y en los méritos futbolísticos. Vaya, creímos ser mejores no por más machos, sino por mejores nomás. Este movimiento fue, gracias a dios, divergente del que sugerían los medios, que no pudieron salir del discurso, ese sí, patriotero, cuyo símbolo más claro era esa propaganda del "nací celeste" de Pilsen que mostraba al Ruso Pérez y a la mano de Suárez, en vez de a los golazos (todos ellos golazos) de Forlán, o al inspiradísimo gol del propio Suárez contra Corea, sin duda el punto máximo de la actuación uruguaya en el mundial, resultado del orden del equipo y de la inspiración de un delantero, que de eso debería tratarse este deporte que para nosotros es el más lindo del mundo. La clase política fue más inteligente, no cedió a la tentación de apropiarse del festejo (excepto por el burdo intento de Lescano, rápida, prolijamente cortado por Bordaberry directa y por el resto de la clase política indirectamente).

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Mujica (alguien que notoriamente no siente el fútbol como propio) les recomendó al partir a los jugadores: "Disfruten". Y después, calladito, intentó arriar agua para su molino (el de la unión, el de la lucha bien sentida, el del país moderno).

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En el 2002, después del golazo de Forlán contra Senegal, anuncié el fin de la era Paco. Pensé que iba a ser más rápido. Pero todo parece indicar que tuve razón. Bueno, andá a saber.

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Esta Copa del Mundo no es un hecho aislado. Se produce el mismo año en el que Peñarol, el equipo más rezagado en un cambio que iba hacia jugar más o menos lindo (que había liderado Nacional), hacia conocer las limitaciones propias (que había liderado Defensor), hacia buscar la victoria por el fútbol (que había liderado Danubio), saliera campeón invicto, jugando bien y en medio de un discurso medido, prudente, de su hinchada, que disfrutó con la sorpresa y no esperó demasiado hasta que pudo esperarlo. Ribas (y con él los adalides de la patita levantada, de la motivación como único factor) se revuelve en su tumba desde entonces, y eso es buena cosa.

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Las masas a veces se mueven más rápido que sus líderes. La enorme cantidad de gente que iba a ver a la selección, aun cuando fallaba, fallaba, fallaba según los parámetros usuales, lo muestra clarito. Abreu lo dijo: "esta gente nos apoyó siempre, no apareció ahora". Forlán lo dijo: "en la eliminatoria jugamos bien, pero igual nos había costado". Proceso antes que resultados.

Igual, las masas nos son uniformes. Los idiotas que hablaron de tener tres huevos y demás están. Ver comentario de mi amigo jahey en su blog por más detalles.

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Finalmente, tuvimos suerte: a esta selección le fue bien. Porque otro resultado era posible, con las mismas grandes variables: nos pudo haber ido mal. Un partido de fútbol depende, como todo sistema, de múltiples variables y (seguramente) del azar, y no todas las variables se pueden controlar (o, para decirlo en términos más futboleros, el rival también juega y los jugadores, humanos, también se equivocan). Perfectamente podríamos haber perdido con Corea, como perfectamente podríamos haberle ganado a Alemania.

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Podríamos haber sido campeones. Imagino (sacrilegio) que nos conviene no haberlo sido. No somos los mejores del mundo (para ser más exactos, no hay tal concepto: hay campeones mundiales, nada más; pero digamos, hablando en términos estadísticos, que de cien campeonatos, ganábamos dos). Probablemente, hubiéramos quedado nuevamente presos de un diablo como el de Maracaná.

viernes, julio 16, 2010

lunes, julio 12, 2010

Empatía

Supongo que no debe haber lugar en el mundo más compatible con festejar un campeonato del mundo que Madrid.

viernes, julio 02, 2010

Resistir

Escribo en una noche desesperada, descontrolada y, sin embargo, para el mundo, plácida. Soy un hueso duro de roer, si se me permite el lugar común. Acá, impertérrito, escribiendo esto cuando debería dormir para recobrar fuerzas para mañana de nuevo gastarlas en resistir. Imagino que a nadie le importa. Voy en dos caminos, mente y yo. Mente bien. Yo en el derrumbe, supongo, no sé. A la mente no le importa, así que, por eso, no sé. Los dejo con mi mente.

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Con su lucidez habitual, Marcelo Pereira comenta desde "La diaria" un poco de lo que todos los lúcidos estamos pensando, pero no decimos por cábala o por nuestra resistencia loable a decir algo obvio: algo cambió con este Mundial de Fútbol en el Uruguay. Bueno, no, todo es secuencia: algo lo volvió visible. El comentario sobre el mismo (jejeeee, algo se revuelve en mí: fue a propósito) es mesurado, tranquilo, al margen de toda la estupidez que escupen los canales de televisión con sus mierdas de color, su nada que aportar, su desconcierto. Más o menos se resume en un increíble "están cumplidos" (nótese la tercera persona, diosmío, ya era hora). Capaz que se fue a dormir el diablo de Maracaná. Era hora, ya me tenía podrido.

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Bioy y "Dormir al sol". Está muy bien esta novelita. Este hombre escribe muy de manual, pero ta, es entretenido.

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Me recomendaron con bombos y platillos (imagínense) "Diario" de Hélène Berr. Mucho más de lo que esperaba. ¿Alguien me puede recomendar un análisis de la evolución del pensamiento nazi? No logro reconstruir una secuencia que lleve a un odio tan desmesurado.

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Sigo en busca de la definición correcta de cinismo.

lunes, junio 07, 2010

El significado nunca dicho

¡Con qué pasos lentos entré en esta casa vacía, de la que han desaparecido todos los ecos, donde el ruido de las suelas sobre los tablones es seco y apagado! ¡Cómo eché de menos que estuvieras aquí, para abrazarme, para reconfortarme! Empiezo a entender el verdadero significado del abrazo. Abrazamos para que nos abracen. Abrazamos a nuestros hijos para ser rodeados por los brazos del futuro, para llevarnos a nosotros mismos más allá de la muerte, para ser transportados. Así era cuando yo te abrazaba, siempre. Tenemos hijos para que nos cuiden ellos a nosotros. Verdades domésticas, la verdad de una madre: desde ahora hasta el final es lo único que vas a oír de mí. Así pues:¡cómo te he echado de menos! Cómo he echado de menos el poder subir las escaleras contigo, el pasarte los dedos por el pelo y susurrarte en el oído tal como hacía en las mañanas de la escuela: "¡Hora de levantarse!". Y luego, cuando te dabas la vuelta, con el cuerpo caliente y el aliento oliendo a leche, tomarte en brazos en lo que llamábamos "darle un abrazo bien grande a mamá", el significado secreto de lo cual, el significado nunca dicho, era que mamá no tenía que estar triste porque no iba a morirse sino que seguiría viviendo en ti

(J.M.Coetzee - La edad de hierro)

viernes, mayo 14, 2010

Now is the Winter of our Discontent

(Thou hadst a Clarence to, and Richard kild him:

From forth the kennell of thy wombe hath crept,
A hel-hound that doeth hunt vs all to death,
That dogge, that had his teeth before his eyes,
To worrie lambes, and lap their gentle blouds,
That foule defacer of Gods handie worke,
Thy wombe let loose, to chase vs to our graues,
O vpright, iust, and true disposing God,
How doe I thanke thee, that this carnal curre,
Praies on the issue of his mothers bodie,
And makes her puefellow with others mone.)

(King Richard the third- William Shakespeare - Acto IV - Escena IV)


(Tu tuviste un Clarence, también, y Ricardo lo mató.
De la perrera de tu vientre ha surgido
un sabueso infernal que a muerte nos persigue:
ese perro, cuyos dientes crecieron antes que sus ojos
para afligir a los corderos y beberse su sangre;
ese odioso destructor de la obra divina, 
ese excelso y supremo tirano de la tierra
que reina en los ojos lastimados por el llanto,
de tu vientre salió y nos persigue hasta la tumba.
¡Oh Dios, recto, justo y equitativo en tus dones, 
cuánto te agradezco que ese perro carnicero
cobre sus presas en la progenie de su madre
y la vuelva compañera de llanto de las demás)


(De la excelente traducción de Cristina Piña que estoy leyendo)

Con Ricardo III, Shakespeare se manda un novelón. Un malo pero malo malo, increíblemente malo. Miralo vos a William: hasta se manda un personaje inaceptable, y pasa. No entiendo cómo Maquiavelo se llevó para la Historia el premio que debería tener Ricardo.  El papel de esta Margarita que la goza porque a la Duquesa de York le mataron a los nietos es tremendo, y su maldición a Ricardo es lo mejor de la obra, pienso:

Ricardo:
¿Terminaste tus conjuros, bruja odiosa y marchita?
Margarita:
¿Y dejarte a ti afuera? Quédate, perro, pues vas a oírme.
Si el cielo se reserva alguna atroz calamidad
que sobrepase a las que imploro para ti
que la guarde hasta que tus pecados estén maduros
y entonces arroje sobre ti su indignación,
hombre que perturbó la paz del pobre mundo.
Que el gusano de la conciencia el alma te devore,
que a tus amigos sospeches traidores mientras vivas
y tomes por amigos a los pérfidos traidores;
que el sueño no cierre tus mortíferos ojos
si no es por medio de  un sueño torutrado
que te espante con su infierno de demonios horribles.
Tú, cerdo marcado por el espíritu del mal, 
aborto, carnicero, 
que llevas desde el propio nacimiento
el sello de esclavo de la naturaleza,
de hijo del infierno;
tú, oprobio del pesado vientre de tu madre,
tú, engendro detestable del riñón de tu padre,
andrajo del honor, tú abominable...
Ricardo:
¡Margarita!
Margarita:
¡Ricardo!
Ricardo:
¿Sí?
Margarita:
No te estaba llamando.
Ricardo:
Entonces te pido perdón: pensé que me habías llamado con esos nombres atroces
Margarita:
Claro que lo hice, pero sin esperar respuesta
¡Oh, déjame cerrar el párrafo de mi maldición!
Ricardo:
Me encargo yo, y su última palabra es... Margarita.


Y hay bastante más en esta larga y lineal obra, llena de personajes y de referencias a cosas que los espectadores sabían entonces.

miércoles, febrero 17, 2010

Qué querés, Montevideo es chica.

Chabón, qué suerte que anduviste por acá. Esta ciudad es chica, fijate, con dos chicos nomás que tengas, la recorrés en dos, ponele tres días, pero es linda. Tenés para ver el cerro (qué bonito el cerro), esa costanera que tienen ustedes, qué barbaro che. Y la playa de los pocitos, imaginate. Es como tener Mar del Plata metida ahí nomás. Ya sé, ya sé, con menos sombrillas, chabón, ustedes siempre tan celosos de sus playas, como si nosotros nos jactáramos de alguna, fijate. Para qué, si no corremos ni con ustedes ni con los brasucas y para qué vamos a hablar del norte, para qué. Si me dijeras montañas, ahí sí te corro con dos cuadras de ventaja si querés, que no me vengan con el Mont Blanc y los Apeninos, que cruzás la cordillera y se te caen las medias. Pero te decía que qué bueno el abrazo, la escupida al costado, bien de hombre, que debería ser sin lágrimas pero somos italianos y qué vamos a hacer cuando la sangre corre, corre, chabón. Vos sos gallego, pero es como si fueras. Qué cosa más eclética viniste a ser, ¿eh?

Qué bueno, chabón. Qué bueno el chiste fácil con el bondi y el "ómnibus" como dicen ustedes. Y con la punta de las carretas.

Perspectivas

A Julio Cortázar

Llegar a la tarde, a la mitad de la tarde, y empezar a sentir ese dolor en los costados de la cabeza arriba a la izquierda, arriba a la derecha. Esa apenas ligera sensación de algo que oprime hacia arriba las costillas, nada que impida nada, pero molesta. Pausa no querida. La molestia que recuerda la noche anterior, con las almohadas incómodas, los mosquitos. Recordar el despertar preocupado, justificando el sueño con aquel amigo que esta vez no me invitó al cumpleaños y por qué y claro, por qué no. Recordar el despertar que de pronto recuerda la noche anterior, la odiosa sensación de dormir incómodo, violento, triste. Y ahora ese dolor que recuerda lo que en la mañana había podido olvidar y la perspectiva de la noche, de otra vez la noche, de otra vez dormir molesto y no querer ni el despertar y un día de estos no querer la mañana. 

viernes, febrero 05, 2010

Kurenai-maru

¿Fué más o menos cuando el Kurenai-maru dejó las orillas de Yamanoshuku?

- Ésta es la caja de la Colecta Anual de Caridad. Por favor contribuya con algo para nuestras tortas de arroz de fin de año para los pobres.


Me doy vuelta al oír el grito de una dama del Ejército de Salvación y me paro en seco. Es al lado de la pequeña cabina policial de la puerta Kaminari. Es en la entrada de la Nakamise. El ginkgo justo en frente de la cabina policial, la cabina telefónica, el buzón y la caja de caridad detrás de él, y luego, a un costado, el "Espejo de la Virtud". Hay un tablero de anuncios pegado al espejo. Leo el único anuncio que hay en él:


REUNIÓN EN EL HANAKAWADO
LA TROUPE ESCARLATA


Mi cara sonriente se refleja en el Espejo de la Virtud. "Comisaría Kisakata", "Tablero de anuncios para uso público", "Subdivisión de los Veternaos de Asakusa", y otras palabras como éstas  están grabadas en rojo  en los bordes del tablero.


Me rodea el clamor de los chicos que venden calendarios.


Justo al lado del puesto policial, justo en el medio del bullicio de la Nakamise: haciendo lo que nadie espera, poniendo una noticia al aire libre, logran que la gente no sospeche en lo más mínimo. Sí, siguen intrigando. "Chicos ingeniosos", murmuro, mientras decido ir al Hanakawado.

(Yasunari Kawabata - La Pandilla de Asakusa)

Como he recomendado hacer con los museos, conviene despojar de expectativa a este libro (del que Kawabata renegó, por motivos que son bastante obvios si uno lee el resto de su obra, y que por ahí retomo en otro post) y leerlo una primera vez, luego descubrir el adecuadísimo glosario del final, y dejarlo ahí, presente, para leer cualquier capítulo al azar y disfrutar imaginando el mundo del Parque Asakusa después del terremoto de Tokio en 1923. En eso estoy

martes, enero 26, 2010

La profesora de piano, de Elfriede Jelinek

"I was taken aback by this book, and had to abruptly throw it down near the end. Now I can hardly even look at the cover without feeling slightly ill. Perhaps I missed the point - perhaps I'm too squeemish - but I could NOT read the end of this book. I'm confused about why it won a nobel prize, certainly, and as an avid reader and literature major, I have read quite broadly. When I got this book I had no idea I would find it so disturbing and that it would be so sadomasochistic. I thought I should warn other readers of this. (The reason I have it two stars is that the writer is obviously gifted and parts are written beautifully.)"

(Comentario de Isobel Snow, de Calgary, Canada, en Amazon, sobre el libro)

Jiji.