viernes, noviembre 12, 2010

Hoy tengo ganas de hablar de política

Hace días que pienso en tres temas que describen un momento en el Uruguay que podría ser muy importante para el futuro inmediato (por lo menos).

Primero: la Ley de Caducidad.

Tengo toda la impresión de que el tema de la Ley de Caducidad se está viendo desde el ángulo equivocado, y ello está llevando a diagnósticos erróneos y, por tanto, a soluciones erróneas.

Visto desde un aspecto político, los argumentos del Frente Amplio son inllevables y la oposición tiene razón: querer anular una ley que hace dos meses la ciudadanía resolvió no anular es un disparate. Los argumentos en contrario (expuestos claramente por Constanza Moreira en Brecha el viernes) no pueden ocultar el bosque: a los uruguayos no les interesa anular la Ley de Caducidad. Que no hubo papeletas por NO, que no se llegó por poco, son argumentos que no son de recibo: se apostó al camino, y si el camino falla, es que perdiste. No podés hacer lo que en los hechos es lo mismo unos meses después. No podés. No importan los argumentos jurídicos. Decir que todo el mundo votó al Frente Amplio, que proponía anular la ley, y por eso están habilitados, es desconocer que el propio Frente Amplio hizo todo lo posible para que el tema NO estuviera en el centro. Así que ta. No da. Que estamos quedando pegados en el mundo... bueno, pero basados en una decisión soberana de la ciudadanía, o sea, la mayoría estamos (uso la primera persona porque después de la votación, somos todos) de acuerdo en quedar como unos enfermos, así que no importa. Es soberanía en su máxima expresión.

Ahora, el problema de la Ley es que es inconstitucional. Reverendamente inconstitucional. A los argumentos de la Suprema Corte de Justicia los entiende un liceal o cualquiera que haya oído hablar de Montesquieu y su separación de poderes: la Ley dice que el Poder Ejecutivo decide si un caso está cubierto, es decir si se juzga. Tremendo bolazo jurídico, lo mires por donde lo mires (la Historia juzgará a la otra Suprema Corte, la que dijo que sí, que era constitucional). Y en el Derecho uruguayo ninguna Ley, por soberana que sea, puede ir contra la Constitución. Ni aunque el cincuenta y dos, el setenta o el ciento por ciento de los uruguayos estén de acuerdo, o no estén en contra, o lo que puta sea. No se puede. Y acá lo del soberano... no importa. Así de fácil.


¿Entonces? Bueno, primero, dejemos de buscar soluciones legislativas a algo que está fuera del Derecho. No me vengan con interpretaciones, en este tema no puede haber medias tintas, porque quedamos enterrados hasta las manijas para siempre: no vamos a ganar nada, porque sigue siendo el Ejecutivo (o el Legislativo, aprobando otra interpretación) quien decide. Segundo, asumamos el costo de Ignorar al Soberano. Pongámonos judicialistas. De hecho lo estamos haciendo: la Corte tranquilamente está declarando inconstitucional a la Ley, y habilitando investigaciones. Ese es el ÚNICO camino posible. Claro, la legislación uruguaya dice que es caso a caso.
Entonces, la propuesta que me gusta más de la que están en la vuelta es la del Partido Independiente (!): reformar la Constitución, para que una ley inconstitucional se anule para todos los casos. No sé qué tan viable es esto (habría que ir al Derecho Comparado y eso), pero parece razonable. Ahí se reforma y se vota (y esta vez por SÍ o por NO) y quedan (obviamente) dos resultados posibles: se aprueba y la Ley se fue, o se niega... y sigue el goteo ad infinitum, porque así es la legislación uruguaya. Pero no juzgar ya no es una opción, esta Ley ya fue.

Un comentario adicional: el argumento escuchado en estos días por prestigiosos abogados como el Dr. Ope Pasquet, de que no teníamos un problema porque con esta Ley igual se puede juzgar, es un insulto. No se puede ser tan falaz. Es malísimo que con esta Ley se pueda juzgar... porque el mismo argumento permite que no se juzgue. Y en casos idénticos. O sea: un bolazo jurídico.

Segundo: Gremialistas.

Esto que está pasando en la banca ya lo vi. Se llamaba ADEOM. Y no está bueno.

Tercero: Lobbys

Se viene el FONASA para las Cajas de Auxilio. Prepárense para ver a los lobbys más importantes del país en acción. Si yo fuera periodista y tuviera tiempo, agarraría papel y lápiz y tomaría nota, y obtendría un precioso libro sobre la historia del Uruguay.

Después me dicen.