jueves, octubre 23, 2008

Thou whoreson zed, thou unnecessary letter

Tenía hasta el momento dividida a la gente en tres, en lo que tiene que ver con su relación con los libros: los que sólo aman su contenido (como yo) los que aman su forma y su contenido (como los pocos lectores de este blog, como Borges y como Bioy) y los que no les interesa (como todo el mundo).

El sábado pasado agregué una categoría más: los mercaderes (como la señora de la librería Yenny del Shopping Punta Carretas de la ciudad de Montevideo Uruguay, que vino presurosa y preocupada a decirme "le pido que no deje a los niños solos con los libros, porque los tengo para la venta").

No se me ocurre otra cosa que la frase del título, gentileza de un inglés amigo de este blog, desde King Lear, libro que la vieja de mierda esta seguro no sabe ni que existe.