Esa generación está enojada, enojadísima. Se enoja en twitter, en facebook, en los status de los messengers, se enoja por mail. Se enoja por todo el mundo.
Esa generación no incluye a los que piensan que anular la ley en el parlamento es una esperanza, porque les importa más el país que somos que la misma ley.
Esa generación no es tan imbécil como para pensar "no es mi culpa".
Esa generación tiene sensibilidad de izquierda, pero no es frenteamplista. Al menos, no es demasiado frenteamplista. Al menos, no es orgánicamente frenteamplista. Tampoco es tan estúpida como para sugerir que en la segunda vuelta hay que anular el voto.
Esa generación no tenía nada para festejar el domingo. Y odia profundamente a los que festejaban, mucho más que a los que no votaron la rosada.
Está herida, pero creo que por primera vez está consciente de que existe. No sé qué va a ser de esta generación, pero algunos ya ponen en su status "siempre vale la agonía de la prisa, aunque se llene de sillas el lugar". Curiosamente, la mayoría de los de esa generación, no tiene hijos. Yo sí, y es por ellos que esta generación, que parte desde la ética, es de lo que me agarro ahora para no salir a cagar a patadas en el culo a todos esos pajeros de izquierda anacrónica, vencidos, que muy sueltos de cuerpo me dicen "esto ya se saldó". Si se me permite: la pija.
Estoy buscando un logo, que no sea ese tan choto del "yo no soy del 52%", que tenga algo más que ver con el ser que con el no ser. Estoy buscando un nombre. Generación rosada es espantoso, pero casi inevitable.
miércoles, octubre 28, 2009
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2 comentarios:
gracias por poner en palabras claras y concisas la sensación que nos inunda. Hay que generar ese logo... un pictograma donde cargar nuestra indignación, que sea torne tan fuerte que le arda en los retinas a los desmemoriados, a los miedosos, y sobre todo a los hijos de puta.
un abrazo.
"generación rosada" es impresentable.
y tampoco creo que exista, claro, pero eso es otro tema, par luncho y eso.
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