miércoles, setiembre 27, 2006

Jean Baptiste Poquelin, un gusto.

Me encuentro con mi madre el fin de semana y me comenta, desconcertada: "Realmente no puedo creerlo. El otro día le preguntaron en un programa en la tele a un participante quién era Jean Baptiste Poquelin, autor de El Avaro... y no sabía!!!". A ver, Graciela, avivate: el 99.2% de las personas no tiene ni puta idea de quien era Jean Baptiste Poquelin, y el 89.6% jamás escucharon hablar del Avaro y el 88% no tiene ni puta idea de quién era Molière. (*) Me hizo acordar a una conversación con jahey, amigo que no es almacenero como mi madre, no, pero que es igual de ingenuo. El tipo creía (equivocadamente, para su pesar y por supuesto) que todo el mundo podía entender lo gracioso de un calembour de Lope de Vega, "por el contexto histórico". Ajá. Primero explicame lo que es contexto y después hablamos. Esta gente vive en la luna, te digo.

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Tengo una admiración bastante importante por mi madre. Y al estúpido que salga con aquello de Edipo (único conocimiento de psicología que tiene la mayoría de los estúpidos que hablan de psicología), le cuento que todas las personas que la conocen piensan igual que yo. La señora esta hizo hasta cuarto año de liceo y es de profesión almacenera, pero hace los crucigramas más rápido que yo y sabe de aire quien era Jean Baptiste Poquelin. Por haberlo leído, claro. Porque, ya que estamos, también están los Trivial Pursuit que saben muchas cosas como para mantener conversaciones, lo cual los convierte en unos idiotas, pero al menos son más interesantes que el promedio, aunque es triste cuando quedan desenmascarados y ya me fui de tema.

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Lecturas actuales: El superhombre de masas de Eco, via jahey, Juventud de Coetzee, vía Diego, y me tengo que comprar La llanura de Dotán de mi amigo juan martín. Primer comentario: a diferencia de Infancia, la traducción de Juventud es bastante horrible. Sin embargo, atrás de esa nube de españolismos y giros que seguro no están en el original, se ve clarita una prosa como he visto bien poquitas. Bien poquitas. Agrego: hace bastante bastante que un libro no me acercaba a las lágrimas. Lean a Coetzee. Todo un viaje.


(*) Odio las cifras cortadas sin fundamento, pero hoy estoy rebelde.

2 comentarios:

ele dijo...

mi abuela se parecía a graciela
y se llamaba Luz Dibina. Con B.

Javier Couto dijo...

Estoy totalmente de acuerdo con tu vieja, che. Es inconcebible no asociar inmediatamente El Avaro con Molière.. aunque no más sea un efecto resorte y no estés muy seguro de si Molière es una familia de árboles, una marca de preservativos o algún pinta que beto.