Pasé por "El diablo y dios" y "Muertos sin sepulturas", dos obras de teatro del fenómeno este. La segunda es mejor que la primera, para mi humilde gusto, pero el diálogo este me dejó pensando un rato laaargo (dura hasta ahora).
LA MUJER (viendo al cura). - ¡Cura! ¡Cura! (El cura se escapa. Ella grita.) ¿Adónde va tan de prisa?
HEINRICH (deteniéndose) - ¡Ya no tengo nada! ¡Nada! Lo he dado todo.
LA MUJER - Ésa no es una razón para que huyas cuando se te llama.
HEINRICH (regresando hacia ella con fatiga) - ¿Tienes hambre?
LA MUJER - No.
HEINRICH - ¿Qué pides, entonces?
LA MUJER - Quiero que me expliques...
HEINRICH (vivamente) - Nada puedo explicar.
LA MUJER - Ni siquiera sabes de qué hablo.
HEINRICH - Está bien. Habla. ¡Pronto! ¿Qué es lo que quieres que te explique?
LA MUJER - ¿Por qué murió el niño?
HEINRICH - ¿Qué niño?
LA MUJER (riendo un poco) - El mío. Vamos, cura, lo enterraste ayer: tenía tres años y murió de hambre.
HEINRICH - Estoy fatigado, hermana, y ya no te reconozco. Os veo a todas el mismo rostro con los mismos ojos.
LA MUJER - Y sin embargo, eres cura.
HEINRICH - Sí, lo soy.
LA MUJER - ¿Quién, si no tú, me lo explicará? (Pausa) Si ahora me dejase morir yo, ¿obraría mal?
HEINRICH (con fuerza) - ¡Sí, muy mal!
LA MUJER - Eso pensaba. Y, no obstante, tengo muchas ganas. ya ves que tienes que explicarme.
(Hay un silencio. HEINRICH se pasa la mano por la frente y hace un violento esfuerzo).
HEINRICH - Nada sucede sin la venia de Dios y Dios es la bondad misma. De manera que cuando acontece, es lo mejor
LA MUJER - No comprendo.
HEINRICH - Dios sabe muchas cosas más que tú; lo que a tí te parece un mal es un bien a sus ojos, porque él pesa todas las consecuencias.
LA MUJER - ¿Y tú puedes entender eso?
HEINRICH - ¡No! ¡No! ¡No comprendo nada! ¡No puedo ni quiero comprender! ¡Es preciso creer! ¡Creer! ¡Creer!
LA MUJER (con una risita) - Dices que debes creer y no pareces creer siquiera en lo que dices
HEINRICH - Lo que digo, hermana, lo he repetido tantas veces desde hace tres meses que ya no sé si lo digo por convicción o por hábito. Pero no te engañes, creo en ello. Creo con todas mis fuerzas y con todo mi corazón. Tú eres testigo, Dios mío, de que ni siquiera por un momentoj ha rozado la duda mi corazónl. (Pausa). Mujer, tu hijo está en el cielo y allí volverás a encontrarlo. (HEINRICH se arrodilla).
LA MUJER - Sin duda, cura. Pero el cielo es otra cosa. Y, además, estoy tan fatigada que ya no encontraré fuerzas para regocijarme. Ni siquiera allá arriba.
HEINRICH - Perdóname, hermana.
LA MUJER - ¿De qué habría de perdonarte, cura? Nada me has hecho.
HEINRICH - Perdóname. Perdona en mí a todos los sacerdotes, tanto a los ricos como a los pobres.
LA MUJER (divertida) - Te perdono de todo corazón. ¿Estás contento ahora?
HEINRICH - Sí. Y ahora, hermana, vamos a rezar juntos; pidamos a Dios que nos devuelva la esperanza.
(Durante las últimas replicas, NASTY baja lentamente la escalera de la muralla).
LA MUJER (viendo a NASTY se interrumpe alegremente) - ¡Nasty! ¡Nasty!
NASTY - ¿Qué me quieres?
LA MUJER - Panadero, mi hijo murió. Tú que lo sabes todo, debes saber por qué.
NASTY - Sí, lo sé.
HEINRICH - Nasty, te lo suplico, ¡cállate! ¡Desventurados los que escandalizan!
NASTY - Murió porque los ricos burgueses de nuestra ciudad se han rebelado contra el arzobispo, su riquísimo señor. Cuando los ricos se hacen la guerra, son los pobres los que mueren.
LA MUJER - ¿Y Dios les permitió hacer esa guerra?
NASTY - Dios se lo había prohibido.
LA MUJER -Éste dice que nada sucede sin su permiso.
NASTY - Nada, a excepción del mal que nace de la perversión de los hombres.
HEINRICH - Mientes, panadero; mezclas lo verdadero a lo falso para engañar a las almas
NASTY ¿Sostendrías tú, acaso, que Dios permite esos duelos y sufrimientos inútiles? Yo digo que es inocente de todos ellos (HEINRICH se calla.)
LA MUJER - ¿Entonces, Dios no quería que mi hijo muriera?
NASTY - Si lo hubiera querido, ¿lo habría hecho nacer?
LA MUJER (aliviada) - Prefiero esto. (Al cura). ¿Ves cómo esto lo comprendo? ¿Entonces, el buen Dios se entristece cuando ve que yo sufro?
NASTY - Se entristece hasta la muerte.
LA MUJER - ¿Y nada puede hacer por mí?
NASTY - Sí. Claro que sí. Te devolverá a tu hijo.
LA MUJER (decepcionada) - Sí, ya lo sé: en el cielo.
NASTY - En el cielo no. Aquí en la tierra.
LA MUJER (atónita) - ¿En la tierra?
NASTY - ¡Será preciso pasar primero por el ojo de una aguja y soportar siete años de desventura, y luego comenzará el reino de Dios sobre la tierra; nuestros muertos nos serán devueltos, todo el mundo amará a todo el mundo y nadie tendrá hambre ya!
LA MUJER - ¿Por qué tendremos que esperar siete años?
NASTY - Porque se necesitan siete años para librarnos de los malos.
LA MUJER - Mucho habrá que trabajar para lograrlo.
NASTY - Por eso necesita el Señor tu ayuda.
LA MUJER - ¿El Señor Todopoderoso necesita mi ayuda?
NASTY - Sí, hermana. Durante siete años reinará todavía el Maligno sobre la tierra; pero si cada uno de nosotros pelea valerosamente, nos salvaremos todos y Dios con nosotros. ¿Me crees?
LA MUJER (levantándose) - Sí, Nasty, te creo.
NASTY - Tu hijo no está en el cielo, mujer, sino en tu vientre. Durante siete años lo llevarás contigo y al cabo de ese tiempo marchará a tu lado, pondrá su mano en la tuya y lo habrás parido por segunda vez.
LA MUJER - Te creo, Nasty, te creo.
(Sale)
HEINRICH - ¡La estás perdiendo!
NASTY - Si tan seguro estás, ¿por qué no me interrumpiste?
HEINRICH - ¡Ay! Porque parecía menos desgraciada. (NASTY se encoge de hombros y sale.). Señor, no tuve valor para callarlo: he pecado. Pero creo, Dios mío, creo en tu omnipotencia, en tu Santa Iglesia, mi madre, cuerpo sagrado de Jesús, del que soy miembro; creo que todo sucede por decreto tuyo, aun la muerte de un niño, y que todo es bueno. ¡Lo creo porque es absurdo! ¡Absurdo! ¡Absurdo!
lunes, diciembre 12, 2005
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2 comentarios:
Creo que no hay una mejor que la otra, son relatos diferentes, en muertos sin sepultura se expresa la desesperanza humana, el sentimiento de la nada después de este momento....en el diablo y dios la temática es otra, la manipulación, la bondad, la maldad.
Si tuviera que resumir ambas obras creo que muertos sin sepultura tiene su mayor punto cuando revaloran la vida y deciden aceptar el trato para después verse perdidos nuevamente, en el diablo y dios, la reflexión de Goetz sobrte la existencia de dios es muy buena
yo tengo esta intrpretación: http://sersalda.blogspot.com/
Saludos!
Sersalda
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