lunes, noviembre 21, 2005

Futbol Poesía

Volvió a emigrar cuando su hijo Paolo se fue a Italia.
Sí, estuve con él en Bergamo. Estuve sin venir como dos años y medio. Pesaba cien kilos, me pasaba haciendo de comer, no salía, y además tomaba. Después vine, estuve un mes y me fui otra vez, un año y medio más. Me quedaba mucho solo, acompañaba a Paolo, iba a ver los partidos, lo esperaba de madrugada cuando venía. Era muy problemático Bergamo, le querían pegar a Paolo. Yo me peleé dos veces. Paolo se fue con dieciocho años y seis meses, y jugaba como en Peñarol, salía jugando. Hizo dos o tres jugadas de esas, se la pelaron y le clavaron el gol. ¡Para qué! Toda la gente: ¡uuuuu! Además lo echaban mucho. Pero yo hablé con los capos de la pesada del Atalanta, fui a los boliches de ellos. Agarré el coche y me fui solo. Los locos, cuando me vieron, quedaron duros. Les dije que no lo tocaran, que cualquiera que lo tocara iba a tener problema conmigo. Había uno que era así (pone las manos medio metro sobre su cabeza). Si lastiman a Paolo vengo por vos , le dije. Después me decían que era loco.


De una entrevista al Mudo Montero Castillo.

No hay comentarios.: