Se me cruzaron unos cuentos de Chéjov. Pah!. Prueben con éste, o con La Tristeza. Cualquiera. Vale la pena.
Iónich - Anton Chejov - Ciudad Seva: "Reinaba un mundo de silencio; desde el cielo miraban resignadas las estrellas, y los pasos de Stártsev sonaban rudos y desatinados. Sólo cuando en la iglesia sonaron las horas y él se imaginó muerto, enterrado aquí por los siglos de los siglos, sólo entonces le pareció que alguien lo observaba; pensó por un instante que esto no era paz, ni silencio, sino la muda angustia del no existir..."
viernes, octubre 28, 2005
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