Y hay también, no cientos, miles de cruces entre las letras inolvidables de Shakespeare y la canción popular, a propósito o por pura coincidencia: Los redondos de Ricotta, sin ir más lejos, cantan en Gualicho (Ultimo bondi a Finisterre): “Las despedidas son de esos dolores dulces”. Julieta le decía a su Romeo desde el balcón: “La despedida es un dolor tan dulce, que estaría diciendo buenas noches hasta llegar el día!”.De aquí
miércoles, agosto 04, 2004
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