martes, noviembre 17, 2009

Difrente

En un supermercado de Bordeaux, dos personas me dejaron su lugar en la cola porque solamente estaba comprando una coca. En Uruguay, y en los casi cuatro años que llevo de padre, nunca me pasó lo mismo cuando llegaba con alguno de mis hijos en brazos.

Como dice Valentina, es difrente.

martes, noviembre 10, 2009

No hay precio por la burdosidad

Desde el primer momento se adivina lo burdo de la cosa. Al golpe de vista se sabe de quién viene. Inmediatamente se adivina a dónde quiere llegar. Y rápidamente se concluye lo imbécil del intento.
Cuando quieren propagarlo, es peor. La risa irónica de los caminantes al verlos repetir y repetirse los vuelve (a los caminantes) más fuertes, más autocomplacientes, más seguros. Y entonces intentan explicarlo y todos saben que no, que no es por eso, que es por lo otro, y hasta los propios se sonrojan por el insulto. Pero siguen, invariables, torpes, orgullosos, miopes, buscando la vez ciento para que se produzca el milagro de la mentira en verdad. Y uno finalmente reacciona, primero se enoja y finalmente, aliviado, se burla. Y les agradece le recuerden de qué lado de la mecha se encuentra. Y pide: para ellos, nada. A veces los términos medios hacen mal.

Basta de eufemismos, digamosló claro: esa banderita uruguaya en los autos es una sublime pelotudez.